Recuperar el fuego

 
       El día se despertó con un aire enrarecido por los múltiples focos de fuego en las sierras. Es época de incendios en Córdoba  y si bién es triste ver los bosques quemados, cada año la naturaleza  se las ingenia para recuperar el fuego.

     Creo que los niños traen la fascinación por el fuego en su esencia, y yo no escapaba a ella. Mi casa paterna en el campo está rodeada de gigantescos eucaliptus,  es más bién como una casa en medio de un bosque que la típica casa de campo con jardín.  Semana a semana hay  millones de hojas y ramas por recoger. Siempre buscaba ser  yo la encargada de quemar la enorme pila de hojas que levantábamos en el campo de enfrente.
Luego me gustaba encender la chimenea, juntar la leña, preparar todo y ver surgir la débil primera llamita, el fuego rápido  de la  seca hojarasca de invierno  y finalmente llegar al fuego constante que formará el corazón de fuego, las brasas.

     Hace semanas que extraño el fuego. Por tanto estoy segura que mi vida necesita una vez más, buscar un corazón de fuego.

El fuego arderá continuamente en el altar; no se apagará.-Levítico 6.13-

     En la vida hace falta pasión, fuego interior para todo. Sin ella los días carecen de fuerza y brillo. Y no encontramos motivación para continuar.
Pero el fuego no puede inventarse como una emoción, no puede crearse. Es uno de los elementos básicos en la naturaleza, y en el interior de  nuestro ser, es un regalo de Dios.
Como todo lo que se nos provee desde el Granero del Cielo, el fuego es algo que solo obtenemos si estamos dispuestos a buscarlo, y pagar el precio de pasar el proceso desde una llama superficial, a un corazón de fuego.  Ese que cuando es obtenido, podrán pasar días sin recibir combustible, pero debajo de las cenizas  sigue estando su luz y calor.

     La Biblia nos advierte mil veces, sobre el peligro de entibiarnos, sutil estadio previo a la frialdad, y por tanto a la dureza. Sin embargo es tan sencillo caer en ella. La rutina, la falta de respetar una relación continua y correcta con el Dador del fuego  (Deuteronomio 4.23), el no alimentarlo constantemente traen demasiado rápido la tibieza.
Para cuando nos dimos cuenta, ya no lo necesitamos.
Volver a encender el fuego de la vida es más complicado, hay que limpiar bién las cenizas, y volver a repetir todo el proceso. Es mejor mantenerlo encendido.

     Cuando mi casa aún estaba rodeada de campo, para esta época venían los incendios.  El monte cercano se prendía y debíamos trabajar duro para detener el fuego invasor. Dios nos habla de  tener cuidado con los fuegos extraños. que en vez de darnos pasión por las cosas nos dejan arrasados.  El hombre ha usado siempre el fuego para ofrecer ofrendas y sacrificios. Los que quemaban ofrendas a dioses paganos Dios les llama fuegos extraños, como el incienso que yo quemaba cuando no conocía la Palabra de Dios (Levítico 10, Números 3)
Fuegos extraños produciendo frutos desvastadores.
Pasiones desordenadas. Ofrendas no gratas. Amor fuera del contexto de respeto y de las reglas del cielo.  Violencia. La búsqueda sin fin de la adrenalina como motor.
Fuegos extraños produciendo deseos inferiores.

     En la restauración de una una sexualidad íntegra  usamos el cambiar los deseos inferiores por el Deseo Superior. Quemando las pasiones inferiores en el Fuego Superior.
El profeta Elias, desafió los fuegos extraños de los profetas de Baal pidiendo que el Dios de fuego respoondiera por fuego  (1 de Reyes 18).
Y el fuego en su versión original, descendió y derrotó los fuegos extraños .

     Generalmente trabajamos con los opuestos. Si hay un fuego amenazante aplicamos agua. Pero en el Reino de Dios a veces las cosas funcionan del modo exactamente contrario a lo esperado.
En el campo también se combate el fuego extraño con otra barrera de fuego controlado, un contrafuego.Como te decía al comienzo, para vivir se necesita fuego interior. A los tibios Dios los vomita dice Apocalipsis. Entonces, no es buena receta combatir los fuegos extraños de la vida con agua para enfriarlo.
Sino prender el fuego original.
En el comienzo el fuego del Lugar Santísimo donde moraba la Presencia de Dios se mantenía día y noche. El Fuego y el Perfume.
Hoy, el Lugar Santísimo está en tu corazón, y allí el Fuego original, espera ser avivado en tu vida.

     Muchas noches y madrugadas que me veo a mí misma trabajando  sin medir las horas que quito al sueño me pregunto de dónde viene el fuego que alimenta mi amor por la gente . Enseguida viene la íntima certeza del Fuego en mi interior.
Es imposible tener pasión por la gente, amor por los que sufren, por los que se pierden, si el Fuego original no está en el corazón. Porque Dios, está en el Fuego, y sin Dios, nada nos importa. Todo es una gris uniformidad sin vida lejos de Su Presencia .
Pero a veces, aún con el Fuego encendido, dejo de avivarlo por trabajar en las obras a que ese fuego me lleva. Y entonces presto más atención al fuego que al Dios del fuego.  Y mi atención se desvía a otras cosas, a otros fuegos que brillan . Es como en el otoño cuando las primeras ráfagas heladas  abren la ventana de par en par y te enfrian el alma.

     No puedes tener el fuego correcto en tu vida sin tener a Dios en ella, porque Dios es el creador del fuego. No puedes tener a Dios sin el Camino que El estableció para llegar a El. Y tampoco puedes tener el Fuego Superior, si no lo prendes y  trabajas cuidadosamente todo el tiempo en velar por El.
Enciéndete, mientras ese Fuego, pueda ser hallado.
Acércate a la Luz y calor de Dios, y déjate prender. Permíte que el viento del Espíritu barra toda ceniza en tu interior, y la Presencia del Hijo desate en tu interior, el Fuego inicial.

Grábame como un sello sobre tu corazón;
      llévame como una marca sobre tu brazo.
   Fuerte es el amor, como la muerte,
      y tenaz la pasión...
   Como llama divina
      es el fuego ardiente del amor. 
-Cantares 8-





Video: Volver a empezar -  Torre Fuerte.
Texto: Edith Gero
Imagen:Rojo Fuego - Ojo Digital - National Geographic





Comentarios